miércoles, 4 de julio de 2007

Metallica

Pues está a punto de salir al público el nuevo disco de la banda californiana (quien dice a punto hablando de Metallica dice que depende de cuanto tiempo pierdan tirándose los trastos a la cabeza). Según fuentes oficiales, lo hará en Diciembre de éste mismo año, y bajo la batuta de un nuevo productor, Rick Rubin, que reemplaza a Bob Rock tras 15 años de éste como colaborador del grupo. Como sabéis quienes me conocéis Metallica es mi grupo favorito, y eso implica que ahora van a ocurrir dos cosas que se salen de lo habitual. Lo primero, no voy a tratar de disfrazar mis opiniones sobre el tema, como hago (o intento) con otros posts. Y lo segundo, no sólo voy a emitir opinión, sino que además será mayoritariamente mala, algo que no cuadra con la definición de grupo favorito, pero que si lo hace si éste grupo es Metallica.

Circulan ya por internet algun video con directos de Metallica en los que han interpretado alguna de sus nuevas canciones. No está confirmado si éstas dos que voy a postear ahora serán parte del nuevo disco. Según el propio bajista, Robert Trujillo, efectivamente son parte del nuevo material de la banda, pero aún no está hecha la selección definitiva del nueo album.

Os voy a poner primero la que a mi me parece peor de las dos. A continuación vendrá la segunda, un video grabado en directo y que adolece de una pésima calidad sonora, motivo por el cual en tercer lugar tenéis un enlace en el que sólo encontraréis la segunda de las canciones pero con calidad de estudio. Ahí van:







Quienes hayáis seguido mas o menos de cerca la trayectoria de Metallica, observaréis éste resultado como una consecuencia inevitable, habida cuenta del camino de la banda durante los últimos 15 años. Retomando las ideas del anterior álbum, St. Anger, el grupo intenta recuperar el sonido potente y destructor que les caracterizó en su época dorada, cuando eran un grupo de jovenzuelos alcoholicos con ganas de llamar la atención. Pero los años no pasan en balde, y eso incluye a Metallica, por muy Dioses del trash metal que sean. Cuando uno escucha y compara éstos temas con los miticos de los años ochenta, da la sensación de que el grupo ha perdido el rumbo. Han olvidado que la fuerza de sus temas mas recordados no radicaba en aporrear la batería los más fuerte y rápido posible, ni en gritar utilizando tres espectros de voz distintos. Metallica rompió moldes gracias a unos riffs de guitarra eléctricos tocados a una velocidad enloquecedora, a unas letras cargadas de mensaje y a unos punteos de guitarra sobresalientes. En éstas dos nuevas canciones hay que decir que parecen recuperar algo el gusto por los punteos, lo cual ya es algo comparándolo con el St. Anger; pero lo demás sigue igual, basan la fuerza del tema en los golpes por segundo que Lars Ulrich da al bombo, y James Hetfield, por su parte, ha decidido que la mejor manera de cantar es metiendo en una misma canción todas las "virguerias" o aspavientos que ha aprendido a hacer durante éstos años. Por suerte, al menos parece que nos hemos librado de la caja con sonido de lata.

Resumiendo la situación: Robert Trujillo, bajista, tiene una presencia testimonial en el grupo. Toca el bajo. Kirk Hammett, guitarrista y a la vez baluarte más importante del grupo desde el punto de vista musical, hace un poco más. Con él parece que intentan recuperarle un poco para la causa, y darle el espacio y la importancia que necesita y que conviene al grupo. Lars Ulrich, bateria, y James Hetfield, cantante y guitarra, hacen y deshacen lo que les viene en gana. Es su grupo, y lo demuestran cada día, reduciendo la aportación de los otros dos miembros lo máximo posible y acaparando ellos todo el protagonismo. Y al final parece como si tuvieran bien cogido el control del destino de Metallica, y el camino que ésta lleva fuese el marcado por ellos. Siguen componiendo como y cuando les da la gana a ellos dos, experimentando y defraudando a los fans, y luego haciendo todo lo contrario en directo. Las crónicas de, por ejemplo, el festival BBK Live hablan de un fantástico concierto, de 2 horas y media de duración, en el que el grupo dió lo mejor de si, satisfizo como en las mejores ocasiones hasta a el más acérrimo de los fans, y de paso hizo olvidar el sinsabor y el descontento de los Red Hot Chilli Peppers unos días antes. Al final, uno no puede evitar pensar que buscan una paridad, una decisión salomónica:Vosotros comprad nuestros discos, en los que nosotros haremos lo que nos dé la gana, y a cambio tendréis lo que buscáis y con creces cuando llegue el momento. Y claro, uno protesta, se queja, se mofa de sus discos más recientes... pero luego nadie puede resistirse a "One" o "Battery", por poner algún ejemplo, en directo. Es una relación de absoluta dependencia, como el enamorado que está tan cegado que es capaz de permitir las mayores vejaciones porque un segundo de los buenos luego le compensa.

Por último, recurriré un poco al marujeo (Gossip, gossip!, que dirían ellos). Cuentan tambien las crónicas que, al llegar la banda a Bilbao, decidieron aprovechar la tarde antes del concierto. No se sabe que hizo Kirk Hammett. Robert Trujillo se fue a la playa en busca de olas, cosa que no debió encontrar (supongo que el clima cantábrico debe de ser duro para un californiano). Por su parte, las dos cabezas pensantes decidieron pasarse por el museo Guggenheim, puesto que Lars es un gran aficionado al arte. La visita no era oficial, así que tan sólo unos pocos fans que casualmente pululaban por allí pudieron verles. Lars Ulrich se fotografió con ellos. Por su parte, James Hetfield, a.k.a. "Mr Angry", notó la mano de un fan apoyándose en su hombro, a lo que respondió con un empujón que envió al hombre al suelo, y con un grito colérico: "Don´t touch me!". Y a mi me cuadra y todo.

Despues de haber escrito todo ésto, me doy cuenta de lo peor de todo el asunto... y es que el día que salga a la venta el nuevo álbum, pasaré a primera hora por alguna tienda de discos y me lo llevaré, como buen fan. Y es que al final todos resultamos ser un poco borregos.

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